miércoles, 11 de septiembre de 2013

De Jong vuelve a estar "de moda".

Nigel de Jong es alguien duro, pero no es improbable que el sábado por la noche tenga una ligera emoción volviendo a la hierba de Turín, ahí donde le abandonó el Talón de Aquiles, gran parte de la temporada con el Milan y sus posibilidades de disputar la fase de clasificación al Mundial con Holanda, el cual fue uno de los líderes de la cabalgada sudafricana en 2010. Han pasado nueve meses, su selección ha conquistado el acceso a la próxima edición de la Copa del Mundo sin él, pero que pronto será nuevamente convocado por Van Gaal.
El Milan vuelve a la lucha por el campeonato y Allegri enseguida lo puso en medio del campo. Por delante de la defensa, donde Nigel más puede incidir, sobre todo porque no hay nadie como él. En el Milan casi todos tienen un alter ego o pueden jugar en posiciones diferentes. De Jong está hecho para estar ahí, el que destroza el juego de los demás, y permite volver a empezar. Nigel es el luchador del cual Allegri difícilmente se privará de él, mientras se mantenga el estado de forma del jugador.
Complicado pensar en posibles rotaciones para Nigel. En medio del campo en la anterior temporada lo hizo bien Montolivo, que interpreta la posición a su manera, y se defendió Muntari, que ocupa los espacios a su manera. Pero el único especialista es De Jong, aquel que tiene la cara de mastín incluso fuera del campo es tranquilo como un labrador, nunca se deja ver por los locales de Milán y raramente habla de sí mismo.
Entre los holandeses que han desembarcado estos años en Italia, los más similares a él son Huntelaar y sobre todo Stam: otro con fama de duro, pero sin tener nada que hacer con la superestructura que acompaña a los tatuajes. De Jong es un bien preciado para Allegri, que tiene alternativas en el centro del campo pero ninguno como él. En los partidos complicados del campeonato, o cuando el clima de Champions hará temblar las piernas a algunos, pensar en un Milan sin De Jong es casi imposible. Puede ocurrir que no satisfaga a los paladares más refinados, pero esto a decir verdad, a Allegri le importa más bien poco.
“Nigel sabe jugar con el balón, no es uno que solo muerda y recupere balones”, comentó Montolivo. Precisamente en Turín, De Jong se lesionó gravemente justo cuando empezaba a comprender como es el fútbol de la Serie A. Lo mejor para él es tener compañeros que jueguen en velocidad, porque si no es así se encierra en sí mismo, abusando de los pases en corto o hacia atrás que tanto hacen enfadar a Allegri. En estas primeras salidas de su nueva vida, junto a un Montolivo ya bastante rodado, el ágil Poli o el consistente Muntari, De Jong ha demostrado ser un centrocampista plenamente recuperado, bueno para luchar y cuando hace falta gobierna con una indudable personalidad.
El sábado para él será como empezar de nuevo, en el estadio que le vio congelarse con una dosis de dolor. En la temporada pasada, De Jong tuvo tiempo para disputar 17 partidos y marcar 1 gol. Pero para el Milan era un elemento diferente, lejísimos del centrocampista que Galliani había publicitado como un gran fichaje para el scudetto: “Ahora que hemos fichado a De Jong y Bojan, Allegri puede puntar por el título”. Una dura etiqueta incluso para un líder natural como es De Jong. Ahora el tiempo le está restituyendo lo que le había quitado la lesión.
“Era como si mi cuerpo hubiera dado demasiado y hubiera llegado el momento de romperse”, explicó Nigel. Estos meses han hecho que vuelva a ser el que fue hace cuatro años: no un poeta, ni siquiera un simple guerrero de batalla. Siempre ser definido como un mediano es una ofensa, y no la certificación de un puesto que en la historia del fútbol ha ennoblecido a más de un equipo.

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