jueves, 17 de octubre de 2013

Balotelli, con estrés y sin paz.

El martes por la noche, Mario Balotelli tenía prisa por abandonar Nápoles. En la zona mixta, fue corriendo de lado a lado cruzando como una flecha por delante de los periodistas, solo tuvo tiempo de decir: “Vosotros habláis mal de mí, yo marco”. Milanistas e interistas tenían programado volver a casa poco después del Italia-Armenia con un vuelo privado que debería despegar desde Capodichino sobre la 23:00. Pero cuando el grupo llegó al aeropuerto, ya era demasiado tarde y el vuelo no fue autorizado (a la Juve ya se le negó despegar a las 23:30 en días anteriores).
En ese punto, el delantero de la Selección se puso como una furia, tomándola con los trabajadores del vuelo. Así, el aeropuerto de Nápoles se convirtió en improvisado teatro sobre otra exhibición de Balotelli, decididamente menos espectacular que la de San Paolo. Mario alejó de mala manera a un hincha que quiso sacarse una foto con él y se desencadenó una pelea. Según varios testimonios, la reacción de esta persona frente a Balotelli fue particularmente decidida y la temperatura subió hasta el nivel de guardia. La intenvención del resto de presentes y de los compañeros de equipo sirvió para dividir a los dos antes que la situación degenerase.
Obviamente, muchos curiosos se acercaron y algunos grabaron las escenas con el móvil. Los actos de conciliación habrían acabado en Internet, si no fuera por la buena actuación de persuasión para convencer a aquellos que lo grabaron que lo borraran de la memoria, al menos la virtual. En ese punto, mientras todos decidían irse hacia el Hotel Parker’s, donde la Selección había establecido su cuartel general, Balotelli fue llevado en coche hasta Fiumicino (Roma), intentando encontrar la manera u otra de poder volver a Milán. Nada que hacer, noche de hotel y solo ayer, ni siquiera con el primer vuelo, Mario volvió a casa para presentarse de manera regular a las órdenes de Allegri.
“Ha vivido días de palpable malestar, del cual no he conseguido explicar el por qué”, comentó Cesare Prandelli invitando a todos a unirse todavía más alrededor de Balotelli. Es complicado, en efecto, comprender las razones que llevaron al delantero del Milan a reaccionar así a un simple acto, tras ser protagonista durante esa noche en el partido. Nápoles lo acogió a lo grande, llenándonle de aplausos y ovaciones antes y después del empate ante Armenia. Pero él, tenía prisa por largarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario