Un derechazo tan terrible que Gigi Buffon al que apenas le dio tiempo antes de escuchar el sonido del balón contra el palo. Balotelli parecía el retrato de la salud en el partidillo, pero al final Mario estuvo al lado del profesor Enrico Castellacci, responsable médico de la Selección, empezaron a parlotear en el centro del campo 10 del Centro Onesti, en Acqua Acetosa, mirando al suelo, hacia las piernas del jugador. Balotelli se quitó el peto de entrenamiento, zapatillas y volvió al vestuario mientras los compañeros seguían trabajando.
La diagnosis del Profesor Castellacci: “Ligero desplazamiento en la rodilla derecha, la operada, que de vez en cuando se inflama. Nada preocupante, solo algunas dosis de líquido. Se paró por precaución. Mañana (hoy) valoraremos en frío y podremos ser más precisos. No es necesario realizar ninguna prueba. Conozco perfectamente esa rodilla. Si lo siguiera sintiendo pastoso, no estaríamos en grado de hacerle jugar. Debería reducirse la inflamación y mejorar, valoraremos las diferentes implicaciones y decidiremos si hacer que juegue ante Argentina. ¿Arriesgarlo? No es algo habitual en nosotros arriesgar la salud de los jugadores”.
Palabras tranquilizadoras por tanto, que no excluye la presencia de Balo para el partido de mañana y, en consecuencia, tampoco ve riesgo alguno el que no pueda participar en la fase previa ante el PSV del 20 de agosto. Pero no bastó para que apareciera algo de aprensión en el Milan. Algo comprensible. Para acceder a la fase de grupos bailan 30 millones y la reputación de toda la temporada. Y Balotelli es el jugador más determinante de Allegri.
Por estas razones es improbable esperar que Mario aparezca en el campo ante Argentina y según Sky Sports 24, ya ha abandonado la concentración de la azzurra en la capital italiana, tras la audiencia en el Vaticano, al igual que el juventino Barzagli (tendinitis), para ponerse a disposición del staff médico rossonero que ayer se pusieron en contacto de manera inmediata con el azzurro. La aprensión del Milan va más allá de la fase previa. La inflamación continua en la rodilla derecha, operada en septiembre de 2010 en Pavia (menisco), es un problema con el que tiene que convivir.
Las cargas de la preparación o el estrés del torneo americano lo han llevado ya al alba de la temporada. La rodilla de Mario ya estaba inflamada el domingo por la tarde, antes de concederse una noche de fiesta con amigos que le organizaron un cumpleaños inolvidable (ayer Mario les dio las gracias por Twitter), pero seguramente nada de reposo. Balotelli se guardó el dolor para sí mismo, quizás temiendo que el Milan pudiera retenerle por precaución y hacer que se perdiera el encuentro con el Papa Francisco al que apoya muchísimo, a tal punto de pedirle a sus padres que guardaran vacaciones en el viaje del Pontífice a Brasil.
Quizás esperaba que la rodilla perdiera la inflamación de manera clandestina, pero el Profesor Castellacci le ha dado un stop por precaución. Anoche, en el Hotel Parque de los Príncipes, el mismo de la Argentina de Messi, SuperMario celebró con sus compañeros sus 23 años. Hoy se ha emocionado en el Vaticano, delante de un Papa que le fascina, por la sensibilidad que demuestra a estos últimos. Balotelli y Messi seguramente no jugarán. Debería ser su noche, el gran regalo para el Papa italo-argentino.
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