lunes, 14 de octubre de 2013

Galliani le pide explicaciones a Allegri.

El patrocinador sparring perfecto para celebrar dignamente el centenario del Caen. Eso fue el Milan el que apareció ayer en Baja Normandia: un rival de lujo que permitió a los franceses realizar un gran entrenamiento para dejar todavía mejor los festejos. Embarazoso. Porque no hay otros términos por los que comentar la prueba de los rossoneri. Los números lo dicen prácticamente todo: los rossoblú de Garande aparte de marcar tres goles, remataron al palo, al larguero y vieron a Gabriel, el joven portero del Milan que acaba de volver tras una larga lesión, un pequeño gran héroe que salvó la portería en otras cuatro ocasiones.
El Milan en 90 minutos consistió en un remate de Matri y uno de Saponara. Nada más. ¿Excusas? Quien quiera buscarlas, las hay: Allegri, a causa de los partidos de la selección (ocho rossoneros por todo el mundo) y de una lista de lesionados que no deja de sumar gente (el último lesionado es Robinho, que no jugó este partido a causa de un problema en el pie), se llevó a Francia un equipo muy modificado, incluso el banquillo. No había decisiones que tomar, ni siquiera el número legal de once titulares o presuntos: es por eso que el técnico tuvo que convocar a ocho Primaveras, dos de ellos desde el primer minuto (Rondanini de lateral derecho y Mastalli en el centro).
Pero a pesar de la lista de ausencias hay algo que evita las excusas como una roca: el Caen es séptimo de la segunda división francesa. Algo que no deja justificación alguna a terrible prestación rossonera. Tanto que al final del partido, Adriano Galliani (que no había viajado con el equipo), llamó a Allegri: el a.d. le pidió explicaciones al entrenador sobre la horrible figura. Incluso un diezmado Milan debería ser capaz de luchar en ciertas situaciones. Viendo que ciertos amistosos deben ser jugados (estaba programada tras el fichaje de Niang), hay que afrontarlos bien. Tanto más que en el campo habían jugadores que deberían haber tenido unas grandes motivaciones.
Luego Allegri mandó un inequívoco mensaje al equipo: “Los jugadores cuando entran al campo deben darle respuestas al entrenador, aunque sea un simple amistoso”. Este partido era útil para aquellos que necesitaban ganarse su espacio o buscar confirmaciones para dejarse ver. En cambio, todo al vacío. Alessandro Matri perdió otra ocasión para demostrar estar alejado de herrumbre e inseguridades (inexistente el diálogo con Niang), mientras que el esperado Riccardo Saponara, su primer partido de titular (hasta ahora solo había jugado 50′ desde el principio de temporada), todavía demasiado lejos de una forma física altamente aceptable.
El propio Niang, a pesar de los estímulos por ser “su” partido, cometió una interminable serie de errores. Por no hablar de la fase defensiva, algo inquietante. El primer gol llegó tras el desarrollo de una jugada, el segundo nació de un fuera de juego mal ejecutado y el tercero de un error de Mastalli. Viejos vicios que no terminan de borrarse.

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