Ante una Lazio miedosa y encerrada en su campo, el Milan pudo vencer en uno de los mejores partidos de la temporada, pero acabó empatando el encuentro por el enésimo error defensivo. Kakáse marcó un partidazo, pero no fue suficiente para conseguir una victoria merecida.
Ya en el minuto 1, Balotelli pudo abrir el marcador con un disparo lejano, pero Marchetti estuvo muy acertado al despejar el balón. Hasta el minuto 20 el juego estuvo controlado por un Milan que parecía haber olvidado la derrota de Parma. Creando buen fútbol de toque, el conjunto de Massimiliano Allegri pudo haberse adelantado en varias ocasiones, las más claras de las cuáles para un Kaká que va cogiendo forma. El brasileño puso la clase y con un buen ritmo generó dos clarísimas ocasiones que se marcharon fuera por poco.
Eso sí, a partir del minuto 20, el conjunto rossonero perdió parte de la posesión y cambió la forma de llegar al área, en gran parte por culpa de la Lazio. Los visitantes adelantaron líneas y obligaron al Milan a jugar lejos del área y a tener que mandar balones largos a la espalda de su defensa. En esa faceta los milanistas no son tan efectivos y, con un Balotelli entonces demasiado solo no pudieron crear oportunidades. Pese a eso, el equipo de Petkovic siguió regalando la pelota y tampoco generó ningún peligro sobre la portería de Gabriel.
El segundo tiempo no pudo empezar mejor. Kaká terminó la primera parte a un altísimo nivel y empezó la segunda de forma inmejorable. En el primer balón recibido cerca del área, el brasileño levantó la vista y sin pensarlo dos veces lo mandó, con rosca, a la escuadra de Marchetti. San Siro explotó y Kaká hizo lo propio. Se sacó una espina que tenía clavada de forma muy profunda y se tocó el corazón, el escudo del Milan, el equipo que siempre le ha amado.
A partir de ese momento, la Lazio quiso ir a buscar el empate y lo encontró sin tener que vaciarse demasiado. La buena colocación hoy del Milan en defensa fue un espejismo, y las buenas salidas de Gabriel y la intención de volver a disponer del balón en posesión no lograron alejar al conjunto capitalino, que en el minuto 71 encontró un premio demasiado grande por el partido disputado. Ciani remató a placer, sin oposición, un centro al primer palo, demostrando que el conjunto de Allegri sigue encajando goles con demasiada facilidad.
Incluso en dos brillantes contraataques, conducidos por Onazi y Candreva, la Lazio pudo marcar el segundo en los diez minutos finales, pero ambos fueron terminados con un disparo flojo y centrado de Floccari.
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