martes, 5 de noviembre de 2013

El plan BB del Milan.

El día tras la realidad no parece realmente un día después, en el sentido catastrófico del término. Por tanto no se registran pases de consignas de época y en Via Turati nadie recopila cancillerías y fotos de familia en cajas tras haber vaciado las estanterías. Pero quedan en el ambiente las palabras de Barbara Berlusconi, la cual no retrocede ni un milímetro, y son más claros también algunos puntos que la hija del Cavaliere no comparte. Como la gestión del mercado: y no solo por la red de ojeadores considerada insuficiente, pero también relacionado con algunos fichajes.
Por ejemplo el de Matri, no ha gustado a nadie. Mismo discurso sobre el hecho que más o menos se confie siempre en los mismos procuradores. Y si la parte deportiva no funciona, en cascada repercuten sobre otras áreas del club, como el márketing y la parte comercial. Los tres puntos cardenales del Plan BB son: márketing, crecimiento de talentos y resultados deportivos. De todas formas, durante los próximos meses, Barbara Berlusconi y Adriano Galliani seguirán juntos el camino: habrá que ver con qué modificaciones, desde el momento que BB tiene ideas bastante precisas sobre el modelo de desarrollo y cambios de gestión del Milan.
Sin duda el otro día comunicó claramente que su aprendizaje en Via Turati acabó hace tiempo, y que desde este momento hay que considerar a todos los efectos como la representante de la propiedad dentro del club. Con un mandato fuerte y preciso. Hay que dejar claro el hecho que la familia Berlusconi no tiene la intención de destituir a Galliani, desde siempre en gran relación con Silvio. Eso Barbara lo sabe bien. Por tanto, no se trata de destituir la figura de referencia de la gerencia rossonera, sino de cambiar estilos y objetivos a gestionar.
Quizás con la ayuda de algún integrante nuevo que, en este caso, sería simplemente un regreso. BB en días anteriores tuvo una charla con Paolo Maldini, el cual sondeó la posibilidad de un regreso al club con un puesto en las oficinas. De momento la cuestión está en valoración, bajo el aspecto económico y también como puesto (¿Hombre imagen / embajador / Director Deportivo?). Lo que dejó claro Maldini en el pasado es que si tuviera que volver al mundo del fútbol (un discurso general, que no vale sólo para Via Turati) es que quiere un puesto operativo, y no para ser un secundario.
De cualquier amnera, el ex-capitán rossonero, que parecía tener casi cerrado un acuerdo con el PSG, sigue estnado libre y el discurso realizado con Barbara podría proseguir. Sobre la mesa de Lady B está otr nombre, si bien de momento es simplemente una idea: Demetrio Albertini, alguien que posee todos los requisitos: ex-milanista, edad adecuada y mentalidad de gerente ya adquirida y refinada. Ese “cambio de filosofía” invocado por BB de todas formas no se limitará a algunas caras nuevas en el club.
El proyecto es cambiar en profundidad, una necesidad dictada por el conocimiento que ya no es posible gestionar el club como hace 15 años. En su idea, al más puro estilo emprendedor, los hinchas deben ser considerados también como clientes, y la gestión deportiva necesita un proyecto técnico innovador. Porque si no es así, las operaciones de marketing se quedarán paradas. El riesgo es dar una imagen del Milan similar a de una empresa cerrada, reacia a las novedades. Una imagen inmóvil que acabaría por agrietar el valor de la marca y ser menos apetecible para el extranjero.
Por tanto, se perfila un choque (de gestión) generacional: viejo modelo, con el que el Milan alcanzó la cima del mundo frente al nuevo modelo, indispensable para bajar a la tierra y hacer frente a nuevos escenarios económicos. Complicado pensar que sea un indoloro traspaso.
GALLIANI SE SIENTE HERIDO – SILVIO HACE DE MEDIADOR
Un intenso lunes, como tantos otros. Hay un velo sobre la impertubable cara de Adriano Galliani. Las “acusaciones” de Barbara Berlusconi lo han herido, aunque nunca lo dirá. Su Milan ha sido demolido, una gestión llena de éxitos mandada al trastero. La visión de la hija del propietario colisiona con sus ideas, con sus rodadas opciones. Tras una ristra de “sin comentarios” a las preguntas sobre las palabras de BB despunta un sigilo de orgullo: “El valor del Milan es muy superior al actual, es lo que nos da el ránking. Hemos disputado la Champions 11 veces en los 12 últimos años, 5 de ellos consecutivos: algo que solo nosotros hacemos”.
Adriano Galliani continua hablando con BB, pero también con Silvio Berlusconi. No aparecen detalles, pero por parte del club existe la idea de llegar a un punto de acuerdo que lleve a la buena convivencia. Quizás sobre nuevas bases. Pero este es el punto neurálgico. El manager que guia al club desde hace 26 años está más que preparado para el diálogo, pero defiende la autonomía de su trabajo. Silvio por su parte ha intentado una mediación que a sus ojos debe unir fuerzas. El problema principal es la distancia generacional. Barbara cuenta con una renovación de estrategias, pero también de personas.
Eso explica su diálogo con Paolo Maldini y también con Demetrio Albertini, mientras vuelve a sonar el nombre de Claudio Fenucci de la Roma. Casualidad que dos símbolos rossoneros que en estos años nunca han tenido una gran relación con el jefe de Via Turati. Es una manifiesta contradisposición. Lo que es seguro es que Galliani cuenta con acabar la temporada, en espera que la asamblea de socios a finales de abril decrete la renovación de los cargos. Es él quien termina, como cada año, al igual que Allegri. Galliani está convencido de poder levantar al Milan a su manera, con su clásico método de trabajo.
Pero evidentemente, la presión de Barbara va en sentido contrario, sin atajos. Y eso conlleva aceleraciones que hasta hace bien poco eran impredecibles. El diálogo comenzado en las últimas horas, asume una importancia fundamental en este delicado asunto. Hasta ahora Silvio ha comentado en silencio, también porque confia en un acuerdo entre las partes. No es una simple operación, es el primero en saberlo. En 2011 dio espacio a su hija en el Milan con el claro objetivo de delegar en ella en el futuro, pero desde el primer momento, las relaciones con Galliani han sido conflictivas.
Y ahora todos los problemas están saliendo a la luz. Así los amigos que llevan juntos desde hace 34 años deben superar uno de los momentos más difíciles. El mayor riesgo es que el Milan en esta situación de inseguridad lleve a un desgaste. Y para el equipo, para todo el ambiente rossonero, es un fantasma a mantener bien lejos.

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