sábado, 2 de noviembre de 2013

Milan 0-2 Fiorentina.

Juan Vargas - Fiorentina - Serie A

Partido demasiado convulso para un Milan, que no supo aprovechar la desgana de la Fiorentina. La derrota, con una imagen deplorable del conjunto local, terminó con una sonora pitada y con varios minutos de cánticos y protestas contra la gestión de la entidad.

El partido inició con un homenaje de la Curva Sud para Massimo Ambrosini, que visitaba San Siro tras 17 años vistiendo la camiseta del Milan. Los aficionados le dedicaron una pancarta de agradecimiento y una gran ovación. A Massimiliano Allegri, todo lo contrario, pitada generalizada.
La Fiorentina salió dominando en los cinco primeros minutos, pero tomó precauciones. No salió al ataque desde el principio, prefirió tocar el balón y cansar al Milan, pero los de Allegri, como de costumbre, también empezaron con una fuerte intensidad en la lucha por el balón y la equilibraron pronto. Además, los locales empezaron generando peligro sobre la portería de Neto, con un buen par de internadas por banda, dos disparos lejanos de Muntari y un cabezazo de Zapata en un lanzamiento de córner que se marchó arriba.
Pese a eso, el Milan de esta temporada sufre en defensa y en la primera jugada de ataque, los visitantes estuvieron a punto de inaugurar el marcador. Una penetración por la izquierda de Giuseppe Rossi acabó con una buena intervención de Gabriel, otra vez titular con Abbiati en el banquillo. Ya en el minuto 26, infortunio para un Milan al que todo le sale mal y demasiada buena suerte para una Fiorentina que no había generado más que el conjunto local. Un disparo de falta de Vargas golpeó en la barrera rossonera y entró, pegada al palo, habiendo despistado antes al guardameta brasileño Gabriel, que nada pudo hacer para evitar el tanto viola.
A partir del gol el partido pasó a ser infumable. Sin dominador, sin llegadas al área, con muchas pérdidas y con poca intensidad, lo que en un lenguaje informal se llamaría un auténtico tostón.  Eso sí, un par de polémicas en dos acciones de Balotelli en las que el delantero italiano se quejó de un penalti no fueron sancionadas de manera acertada.
El inicio del segundo tiempo tuvo un carácter similar. El Milan intentando llegar y la Fiorentina esperando a un conjunto que todavía está verde ofensivamente y dependiendo demasiado de la condición física de su principal estrella, Balotelli, que se perderá el partido ante el Chievo de Verona en el estadio Marcantonio Bentegodi por acumulación de tarjetas. En el 28 del segundo tiempo, copiando exactamente el resumen del primer tiempo, una buena jugada por la derecha de Joaquín acabó con un remate, a placer, de Borja Valero, tras el rechace mal dirigido de Gabriel y la pasividad defensiva.
Con el gol, el público explotó y la noticia pasó a estar en la grada. Al grito de “Ci siamo roto il calcio (nos hemos cargado el fútbol)” la Curva Sud sacó dos pancartas en protesta por la situación actual del equipo y haciendo referencia a la mala gestión en fichajes y en ventas.
El partido terminó de esa forma, sin fútbol en el césped y con un San Siro que cargó contra la directiva y el entrenador. Habrá noticias pronto. Galliani está profundamente indignado.

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