jueves, 9 de enero de 2014

Honda, el profeta.

Carta de Keisuke Honda escrita en marzo de 1999 en su colegio:
“Cuando crezca, quiero llegar a ser el futbolista más fuerte del mundo. No, voy a ser el mejor. Para ser el mejor del mundo hay que jugárselo todo, más que ningún otro. Estoy trabajando para eso, para cumplir mi objetivo.
Todavía no soy tan buen jugador como querría, pero voy a trabajar duro para convertirme en el más grande. Cuando lo sea, quiero ser rico y ayudar a mis padres.
Llegaré a ser famoso algún día, porque voy a jugar el Mundial y además seré comprado por un equipo de la Serie A. En ese equipo jugaré con la camiseta 10.
Quiero ganar ¥ 4,000,000,000 al año (en 1999, esta cifra equivalía a 40 millones de dólares, al cambio actual).
Sueño algún día firmar un contrato con Puma y mi propio juego de camisetas , de modo que la gente de todo el mundo pueda comprarla.
Después voy a jugar en el torneo que todo que enloquece a todo el mundo cada cuatro años: la Copa del Mundo. Después de triunfar en Italia, se reunirán los de la confederación japonesa para entregarme la camiseta 10 de la Selección. Seré el símbolo de mi equipo. (Debutó con Japón en junio de 2008, ante Bahrein por Eliminatorias mundialistas, y disputó el Mundial de Sudáfrica).
Quiero ganarle a Brasil por 2-1 en la final de la Copa del Mundo.
Mi sueño es compartir una cancha con mi hermano (Hiroyuki Honda era un futbolista prometedor, en 2005 se convertiría en un profesional, pero una lesión detuvo su carrera y lo obligó a colgar los botines), superar al equipo más fuerte en el mundo, hacer pases con él y marcar un gol”.

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