sábado, 15 de febrero de 2014

Milan 1-0 Bologna.



No había cuajado un buen partido. Sin ganas, andando, ayudando poco al equipo en la presión, discutiéndose con sus compañeros...como siempre. Pero también como siempre resolvió el encuentro. Un golazo de Mario Balotelli desde 30 metros a falta de 5 minutos dio la victoria a un equipo necesitado de puntos en liga, antes de la visita del Atlético de Madrid el próximo miércoles.

El conjunto de Clarence Seedorf planteó el partido como de costumbre. Con una alta posesión, tocando en el centro del campo y con la paciencia necesaria para ir abriendo espacios en la defensa de un Bologna bien posicionado sobre el terreno de juego. Esa posesión le permitió no sufrir durante el primer tiempo y generar algunas oportunidades sobre la portería de Curci, aunque fueron todas sin el peligro necesario para anotar. Quien sí tuvo una clara ocasión para adelantarse en el marcador fue el conjunto visitante, pero una sensacional intervención de Abbiati evitó el golazo de Bianchi.

El único jugador que, tanto en el primer tiempo, como en el segundo, estuvo a la altura del encuentro fue el nuevo fichaje Adel Taarabt. El marroquí, descarado como pocos, se puso el equipo a la espalda y con conducción y toque eléctrico animó a una grada necesitrada de liderazgo.

La presión alta y la intensidad se fueron diluyendo, también como nos tiene acostumbrados el equipo milanista desde la llegada del entrenador holandés y hasta entrada la segunda parte los de Seedorf se mostraron cansados. Con el físico haciendo mella y el equipo arriba con la obligación de ganar, el Bologna aprovechó los espacios generados por la subida de los laterales para plantarse en el área local con facilidad. Hasta dos enormes intrervenciones tuvo que hacer Abbiati para salvar el tanto visitante. Mientras tanto, el Milan no creaba peligro, la gente se ponía nerviosa y Seedorf tenía que cambiar el esquema para ir a por el partido.

La entrada de Pazzini por Honda, silbado por una buena parte de la grada, no acabó de dar sus frutos y la recolocación del equipo en un 4-4-2 tampoco se vio la solución a los males del Milan. La falta de gol viene siendo un grave problema desde que empezó la temporada y esta noche no ha sido diferente. El conjunto rossonero no crea peligro, no genera ocasiones claras. Pero tiene un futbolista insustituible que puede, sólo, ganar un partido. Y este es, ni más ni menos, que Mario Balotelli. El italiano rebentó la red en el minuto 85, cuando el encuentro parecía destinado al empate, con un trallazo desde 30 metros que levantó de golpe a un San Siro abocado a la pitada final.

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