Sampdoria 0-2 Milan.

Tras el desgaste físico del pasado miércoles en la Champions League ante el Atlético de Madrid, Clarence Seedorf afrontó el duelo en el Marassi con varios cambios en el once inicial, dando descanso a hombres como Emanuelson, De Jong o Kaká, que han sido sustituidos por Constant, Muntari y Sapunara.

Al contrario que en otros partidos, los primeros minutos fueron de descontrol, de correcalles, con llegadas por parte de ambos equipos, siendo la más clara para el AC Milan. Keisuke Honda asistió por elevación a Giampaolo Pazzini, cuya vaselina fue bien despejada por la defensa de la Sampdoria bajo palos. Tras varios centros al área, Adel Taarabt remató de cabeza al cuerpo de Da Costa, que no pudo repelerlo y el marroquí aprovechó el rechace para hacer el 0-1 en el minuto 11.

La insistencia del técnico milanista en mantener la posesión no pudo llevarse a cabo este domingo de forma tan organizada, y es que la presión y la intensidad de la 'Samp' hizo imposible trenzar jugadas con la pausa habitual, obligando en ocasiones a buscar el pase largo como solución. La verticalidad en el juego de Taarabt, Honda y Saponara hizo que el Milan fuera superior y acabara teniendo una gran cantidad de ocasiones de gol.

El segundo tiempo fue prácticamente calcado. Tras varios intentos, en un córner botado por Honda, Pazzini y Da Costa chocaron, quedando el balón dividido para que Rami solo tuviera que empujarla para hacer el 0-2. Fue un gol protestado por la grada, que entendía que hubo infracción del atacante sobre el guardameta local. No obstante, el árbitro no quiso saber nada de las protestas y dio validez al tanto. 

Donde sí acertó el colegiado fue en una salida de Amelia ante Eder, protestada también de forma unánime por jugadores y afición local. El guardameta llegó antes y desvió el balón limpiamente, algo que no quiso ver, entre otros, Maxi López. El ariete argentino, que había ingresado en el terreno de juego en el 52' protestó de forma reiterada y el árbitro acabó expulsándole.

Los últimos 20 minutos fueron intensos, con duras entradas en el terreno de juego y disturbios en las gradas. Finalmente, la victoria deja al Milan con 35 puntos, a solo cuatro de posiciones europeas.