Cuando un italiano piensa en un japonés creen en una persona educada, profesional, que trabaja mucho y tiene la obsesión de la compostura. Keisuke Honda es educado, profesional, trabaja mucho y tiene la obsesión de la compostura. Intenta vagamente romper el estereotipo cuando cuenta que los japoneses aman reir, y hay muchísimos programas cómicos realmente populares: “Pero también los cómicos se vuelven serios tras acabar el programa. Trabajan duro para hacer reir a la gente”. Ahí está.
Keisuke Honda reclamó en el Milan el interés de dos empresas japonesas donde dos millones de euros irán directamente a las arcas del club rossonero. Ha hecho vender muchas camisetas y no se inmuta si alguno lo valora un factor de negocio antes que un jugador técnicamente válido: “¿Por qué debería afectarme? Quiero ayudar al club de cualquier manera. Si consigo que el Milan gane dinero estoy muy contento, pero me parece que por el momento no es nada fácil”.
Ha llegado en un complicado periodo: en esta temporada los resultados han sido así así, y al estadio va poca gente
“No sé valorar la atmósfera, San Siro siempre lo he visto como es ahora, pero espero que si jugamos mejor vaya más gente. Jugar un buen fútbol y reclamar a los hinchas al estadio es una de mis ambiciones. En cuanto a los resultados, ninguno de nosotros está satisfecho, pero nuestro trabajo es un crecimiento contínuo. Sabía que tendría dificultades en el Milan, pero elegí este club porque lo soñaba desde siempre”.
Hace algunas semanas, los ultras le pidieron una confrontación con sus compañeros: ¿lo ve normal?
“No creo que sea algo normal, pero puedo entender el estado de ánimo de los hinchas en esta situación. Probablemente si juego mal es lógico que me pidan explicaciones”.
¿Como será vivir un año sin disputar Champions?
“No lo sé, pero creo que podremos jugarla dentro de dos temporadas. Y ahora hay que concentrarse en la Europa League, que es un importante objetivo”.
En Italia se piensa que para reconstruir un club y empezar un ciclo es mejor estar fuera de Europa durante un año mejor que disputar un trofeo un poco dejado de lado
“No estoy de acuerdo. Para mejorar hay que jugar, cuantos más partidos mejor, sobre todo para un club que tiene tantos buenos jugadores para poner en el campo. Somos profesionales y debemos estar preparados para jugar dos partidos a la semana, pero si no alcanzamos la Europa League debemos ver el lado positivo de la situación y concentrarnos para tener más tiempo para entrenarnos. Pero jugar más partidos es lo mejor”.
¿Qué piensa de la actitud de los medios italianos frente a usted?
“No me gustan las críticas, pero sois libres de escribirlas. Siento que pronto llegará mi primer gol en la Serie A y será un importante momento. Estoy muy determinado: vine para ser campeón con el Milan”.
Un largo camino…
“Lo sé, pero hay un gran proyecto y los japoneses somos gente paciente”.
Hace falta paciencia también en el sentido táctico: en Japón dicen que usted no juega en su sitio
“Hablo a menudo con Seedorf, con su gran inglés es fácil entendernos. Sobre todo al inicio no entendía tantas cosas, ahora voy a su habitación para profundizar detalles”.
¿Ahora los entiende mejor?
“Al inicio por la derecha no me sentia agusto, pero en el medio está Kakà, que está jugando bien, y yo debo encontrar mi espacio. Ahora las cosas van un poco mejor con respecto a mis primeros partidos. Está claro que el centro es mi casa: he tenido que jugar por la derecha tanto en la Selección como en el CSKA, pero me encanta estar por detrás de los puntas. Seedorf en cambio dice que tengo cualidades para jugar por la derecha y los jugadores deben adaptarse. Tenemos filosofías diferentes, lo importante es dialogar, nosotros hablamos mucho, todos los días”.
Ha dicho que tienen filosofías diferentes. ¿Cual es la suya?
“Digamos que el fútbol de contragolpe es el que se basa en la posesión de balón. Todo depende de las preferencias del técnico, pero saber habituarse a las necesidades del club es importante”.
¿Quién le ha ayudado en su ambientación?
“En Milanello todos son fantásticos, el staff es excelente. Entre mis compañeros, muchos me ayudaron: Kakà traduce cuando no entiendo algo, Bonera, Abate y Montolivo me dan consejos. Todo es importante para una rápida adaptación”.
Varias veces ha abrazado a Balotelli en el campo: una integración que impresiona, siendo tan distintos…
Keisuke echa un vistazo a su impecable traje, al doble reloj (uno con el huso horario de Japón) y a la corbata y sonríe: “Somos diferentes en costumbres y estilo de vida, pero en el campo somos iguales y podemos luchar y reir juntos. Mario con su carácter ha regalado tantas emociones a los italianos”.
Usted vive mucho por su privacidad: ¿encuentra aquí que le respeten lo suficiente?
“Todavía no puedo valorar, vivo en Italia desde hace tres meses y no salgo mucho. De todas formas me gusta Milán, sobre todo me gusta el Milan”.
¿Notó el cambio de entrenador nada más llegar a Italia?
“No fue una situación fácil, pero son cosas que forman parte de la vida de un jugador”.
Su seleccionador Zaccheroni es bien distinto de Seedorf, tiene mayor experiencia pero menos dotes de lenguas: ¿Cómo es su relación?
“Muy buena, tenemos un buen traductor. Zaccheroni es un gran entrenador y he aprendido cosas trabajando con él”.
¿Le pesa no ser el número uno, la estrella del equipo?
“Ni siquiera en la Selección o en Rusia era el número uno. El fútbol es un deporte de equipo”.
Tiene sobre sus espaldas las expectativas de un país entero: ¿Es complicado?
“Me gusta la presión, me gustan las grandes expectativas. Son cosas del carácter”.
Jugará el derby contra otro japonés de Milán: Nagatomo. Un excitante partido para los japoneses…
“Espero que lo sea para todos. Pero sé que jugando contra Yuto deberé correr muy fuerte”.
Dice que los japoneses son pacientes: ¿los hinchas italianos en cambio lo son con usted?
“No me esperaba paciencoa: elegí la camiseta número 10, fuí presentado con gran estilo. Sé que la gente espera mucho de mí. Pero tengo confianza en mí mismo, las críticas jamás me han desmontado”.
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