El foco, como diría Seedorf, en esta ocasión es él. Todo gira a su alrededor. Y no podría ser de otra manera. Stephan El Shaarawy se esfuerza en hablar de equipo, objetivos comunes y espíritu de grupo. Pero al final prevalece un sentimiento personal. El de un chico que esta temporada se ha perdido por lesión 40 partidos y que ahora, en plena bulimia futbolística regresa, se llena de palabras relacionadas con el Milan, la Selección, Europa, Mundial, derby, pero en realidad está comandado por un único imperativo: “Ahora lo que cuenta es volver a jugar”.
El resto vendrá solo: “Ahora estoy bien”, comenta con una estirada sonrisa. Y detrás de ese “ahora” esconde un sufrimiento exagerado para un chico de 21 años. Seis meses transcurridos viendo a los demás con el balón, con muletas, tutor y un pie mandado al quirófano. Se lo han restituido con una placa de titanio. Stephan se ha quedado parado con un gol y 324 minutos, justo en el año del Mundial. Complicado engañar la sensación de injusticia, pero él de todas formas da una explicación: “Fue mala suerte. En otoño pensamos en poder resolver el problema (una microfractura en el metatarso del pie izquierdo) sin intervención. Pero estar parado no sirvió de nada y hubo la recaída en diciembre. En el 75% de los casos te curas con la terapia conservativa. Pero yo caí en el otro 25% y he estado fuera como si me hubiera roto el cruzado”.
Ayer Stephan, tras algo de trabajo y dos partidos con la Primavera, ha vuelto a entrenarse con el grupo: quiere ser convocado para el derby. Destino final: llamar a la puerta de Prandelli hasta el 13 de mayo, día en la que el seleccionador de la lista de 30 jugadores, para convencerle a ser llamado
El Shaarawy, ¿lo cree realmente o está obligado a creerlo?
“No no, yo lo creo. Sé bien que será difícil partir en ese vuelo, porque tengo muy poco tiempo a disposición. Pero tengo un objetivo bien claro en mente: hacerlo bien con el Milan y volver a la Selección. Quiero demostrarles a todos, incluso a Prandelli, que estoy bien. Quiero hacer todo lo posible”.
Has estado ausente por mucho tiempo: da un buen motivo al seleccionador para que te convoque
“Sabe como soy y lo que puedo dar. La llamada para el stage en Coverciano hace dos semanas me dio una enorme satisfacción”.
¿Prandelli le dijo algo en particular?
“La primera palabra en cuanto me vió fue ‘Bienvenido de nuevo’. Parece una obviedad, pero para mí tuvo un gran significado. En esos días me transmitió toda su estimación”.
Bienvenido de nuevo es la frase adecuada. ¿Cómo han sido estos meses?
“De base siempre he creído en poder volver, tuve momentos malos pero nunca llegué a estar decaído del todo. Digamos que la cresta siempre ha permanecido alta”.
¿Seguro que fue todo tan fácil?
“He dicho la verdad, pero no niego que estar fuera del campo siempre me ha hecho daño. He sufrido, ha sido una gran batalla. Ahora estoy mucho más tranquilo, sobre todo con muchas ganas. El pie está curado, puedo moverlo como quiero, ahora solo faltan los minutos en las piernas”.
El rodaje lo has hecho con la Primavera de Inzaghi, que fue también tu compañero
“Hablando descubrí que a mi edad tuvo exactamente el mismo problema. Se operó y diría que, viendo su carrera, le ha ido bien… La Primavera ha sido clave para recuperar mi condición atlética”.
En otras palabras, ¿se siente listo para el derby?
“Espero jugarlo. Sé que no estoy para los 90 minutos, pero haré lo posible para tener 20-30 en la segunda parte. Quiero echar una mano para conseguir estar en la Europa League”.
¿Cual fue tu peor momento? Te operaste el 28 de diciembre y con 21 años no es lo máximo pasar el fin de año con las muletas
“Estar encerrado en casa con el yeso y el tutor, sin poder moverme, fue un sufrimiento. Tenía muchos dolores además. El peor día fue el Milan-Ajax, cuando tuve la recaída. Me di cuenta del desastre tras un remate, cuando apoyé el pie y sentí un punzamiento. De ahí empezó el calvario, pero sobre esto quiero precisar algo”.
Adelante
“Mi camino es simple: dos meses sin jugar, la terapia conservativa no funcionó y así he perdido otros cuatro meses más que, dicho sin polémica, no los habría perdido si me hubiera operado antes. Pero sobre mí se han dicho cosas de todos los colores. Incluso cosas para hacer daño, que me hirieron. Quizás es la otra cara de la popularidad: nunca puedes gustarle a todo el mundo”.
Pero muchos habrán estado a tu lado
“Sobre todo Manuel y Aurel, mis dos mejores amigos de Savona. Luego por ejemplo, vinieron Perin y Batotelli a verme a casa”.
Tu amigo Mario. ¿Qué pìensas sobre todo este movimiento mediático?
“Debe ser dejado en paz. Es un gran chico y con instinto, un jugador extraordinario. ¿Sus enfados con los compañeros? Lo importante es que exista respeto hacia los que juegan contigo”.
¿Como ve a Seedorf de entrenador?
“Necesita tiempo, ha recibido críticas exageradas. Como jugador me ha enseñado mucho, ahora me está gestionando de manera óptima. Me ha servido como motivador, diciéndome que la calidad nadie me la podrá quitar jamás”.
¿Como sales ahora tras estos meses de oscuridad?
“Sale un Stephan más motivado y maduro. Esta historia me ha ayudado a comprenderme mejor. Lo que me llevó a no abandonar fue el deseo de volver a ser protagonista en este equipo y volver a hacer soñar a la gente”.
Por tanto se ve como rossonero en el futuro
“Ya saben lo que pienso”. En efecto, lo repite desde hace tres años: Milanista de por vida.
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