¿Mi peor momento? No, en absoluto. Pocos recuerdan que a finales de noviembre me lesioné y estuve fuera durante dos meses. Volví con la llegada de Seedorf, me fuí al banquillo de inmediato ante el Udinese sin haberme entrenado con el equipo y desde ahí volver a realizar la preparación, porque mi condición no era buena. He jugado mis partidos, en Nápoles tenía que haber jugado de lateral, pero Kakà y Honda se pusieron enfermos, por lo que Seedorf me pidió que hiciera un sacrificio para jugar en una posición que no es la mía”.
“Las cosas fueron como todos saben, personalmente no hay ningún problema. ¿De Sciglio por la derecha? Somos el Milan, es justo que haya competencia. Lo que es seguro es que yo no me siento inferior a nadie. Con Clarence hemos sido compañeros de equipo, hay una relación directa y sincera. ¿Mi futuro? Mi prioridad es el Milan, es mi casa, aquí estoy bien y mi contrato acaba en verano de 2015. Seguramente quiero quedarme como protagonista y no ser un peso para nadie, pero si algo cambiara, deberá ser el club quien me llame para conocer sus intenciones”.
“Si hay apreciamientos, por parte de clubes tan importantes (PSG y Juventus), significa que tan mal no lo he hecho. Me gusta, es obvio, pero mantengo que nunca ha habido nada concreto con la Juventus. Para nosotros mañana será un gran banco de pruebas, porque si pensamos que con haberlo hecho bien ante Atlético y Sampdoria nos permitirá salir del momento negativo, es que no hemos comprendido nada. Debemos crecer, seguir construyendo este proyecto. Somos un equipo que en los partidos importantes se exalta, San Siro estará lleno, pero hará falta corazón, garra y gran atención: un solo error puede ser letal”.
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